domingo, 16 de mayo de 2021

Segundas partes nunca fueron buenas...

Bola de plomo II


Me muero y no puedo evitarlo,

me muero con un nudo en el pecho,

con una sensación de ahogo

que crece invisible desde dentro

sublimando una bola de plomo incandescente

que desgarra y carboniza mis ganas de vivir.


Me muero con los ojos abiertos,

simulando que soy roca inquebrantable,

intentando sonreír mientras seco mis lágrimas a escondidas,

mientras desaparezco en mi propio naufragio

agarrando desesperado los pecios que todavía alcanzo

con torpes manotazos a la nada.


Me muero y quisiera evitarlo,

quisiera aparentar pubescencia

y no tener que maquillar bregaduras

por las que me vacío lentamente

cuando la piel no aguanta más la presión

y la escoria se me escapa viscosa y sin prisa

como queriendo alargar el tiempo

entre el cepo y la guillotina.


"Dessins" de Christophe Hohler



sábado, 5 de septiembre de 2020

Al otro lado del silencio...

 Un poco más

¿Cómo estás amigo? Hace tiempo que estoy pensando en ti y sé que no podemos vernos, al menos vernos como dicen que se ven los demás y te mentiría si te dijera que no te echo de menos. 

Hay quien dice que todos tenemos un destino, que nuestra hora o nuestro final está marcado al nacer. Hay quien habla de nuestro propósito en este mundo y que cuando lo cumplimos nos podemos marchar en paz, vete tú a saber…

Pero maldita sea, me hubiera gustado que te quedaras un poco más para seguir discutiendo de si Dios tenía derecho a reclamarte o, por el contrario, hubieras seguido acompañándonos con tu luz. Ya sabes que yo no soy muy ducho en esas lides y quizás se me pueda acusar de egoísta, pero acepto ese pecado con gusto, al fin y al cabo, Dios y yo no nos llevamos muy bien. Si en realidad lo ves dile que a mí no me busque, ya veré yo a dónde quiero ir cuando me toque.

Realmente no sé dónde estarás, sin embargo, me gusta pensar que estás en todos nosotros, que aquellos diminutos fragmentos de cenizas volaron hasta cada una de nuestras almas y todos tenemos un pedacito de ti en nuestro interior que nos acompaña allá a donde vayamos, quizás eternamente.

Querido amigo, ya no tienes que preocuparte por la vida mundana, aun así, déjame decirte que me faltó una última cerveza, un último vino, una última sonrisa, pero, sobre todo, un último abrazo; un abrazo de esos que sólo tú sabías dar, de esos que te hacían sentir bien, que te envolvían con el corazón y te hacían sentir querido, un abrazo que te hacía sentir humano formando parte de un todo. Algunos dirán que es exagerar si digo que cuando me abrazabas también me abrazabas el alma y existen pocas personas en este mundo que puedan realizar este tipo de hazaña.

Querido Juan, quizás nos volvamos a ver al otro lado del silencio, pero mientras tanto te recordaré tal y como fuiste: un imperfecto hombre perfecto.



Cuestiones dantescas...

 “A mitad del camino de la vida

yo me encontraba en una selva oscura”

Divina Comedia: Infierno, Dante Alighieri


Profana Comedia

Se apoderaron de mí fuerzas que no conocía, 

impulsos sombríos, lóbregos proverbios

de un personaje invitado a escena

y sin avisar.

Comediante sin gracia, sórdido acicate

de tenebrosas escenas que no quiere ver nadie,

morbosas realidades subconscientes

de un funesto intérprete

que mueve los hilos de un fantoche

dispuesto a ver atrocidades

de las que no se siente responsable

aunque sus manos estén empapadas en sangre.

Inocente títere que esputa culpas

omitiendo la imagen que le devuelve el espejo,

preterir el yerro de un pecado incandescente

que abrasa los conceptos primigenios

de un cándido muchacho

convencido de la incorrupta voluntad indeleble

que exhibía ante un auditorio de eternos oyentes.

Archipámpano de una nívea sala

en la que gobierna un coro de voces

que jamás se han puesto de acuerdo,

gritando libertad, gritando reproches

por la alquimia que los adormece

y los mantiene cautivos en un cuerpo ajeno 

al que no pertenecen. 



viernes, 21 de agosto de 2020

Cerrar capítulos y seguir adelante...

Descerrajar espinas


Le dije adiós ya sin nostalgia,

atravesando aquel abismo

sin esfuerzo alguno,

aquel espacio infinitamente doloroso

responsable de ásperas cicatrices,

atroces heridas sangrantes,

noches de desconsolado insomnio 

de ríos de aflicción y tormento.

Aquella absurda distancia,

insalvable barrera de metacrilato

vigilada por caricaturas de mí mismo

deformes y sonrientes,

complacientes con el enemigo.

El único sentimiento posible

la impotencia de no poder rajarles la garganta

con un rápido gesto de desprecio

y mirándolos a la cara

derramar plata fundida sobre su pecho.


Pero ya es humo todo aquello,

ya no encuentro la sala de tortura

donde solo había un espejo,

se han cerrado las celdas de castigo

empapeladas con idílicas escenas

distorsionadas por el tiempo y mi febril deseo

de rememorar en bucle adulterados recuerdos,

evocaciones sin sustento

que abrían un agujero negro

en el centro de mi ego.


Le dije adiós ya sin nostalgia,

atravesando aquel abismo sin mirar atrás,

tierra quemada, tierra olvidada,

pretérita fortaleza abandonada

relegada en los desiertos del recuerdo.

Le dije adiós ya sin esfuerzo.

Le dije adiós…

Manicomio abandonado - Fotografía de Thomas Windisch
Manicomio abandonado - Fotografía de Thomas Windisch

martes, 23 de junio de 2020

Durante el confinamiento...

Pandemia

Un odio ulcerado
por años de tristezas inconclusas,
quistes purulentos
que envenenan mi sangre
convirtiendo cada momento
en roncos estertores
destructores del descanso y el aliento.
Ponzoña intrépida,
descarada,
ufana de su vetusto poder,
esclavista de albos sentimientos
convertidos en lejanos ecos,
reos en las mazmorras del pensamiento
y condenados a vagar sin rumbo cierto.

Para cuando quiero darme cuenta
se me acaba la paciencia
y me desmorono llorando arena,
arena que erosiona mi rostro
abriendo irregulares surcos catalizadores del odio,
correntías de dolor
que me calman
como el láudano
calma los sentidos de los moribundos.
Lágrimas opiáceas
que me alejan del abismo,
de un día a día
repetitivo y vacío
en eterno bucle espacio temporal,
exánime existencia sin sentido.

My Demons by Zary

miércoles, 29 de abril de 2020

Para mi muy mejor amigo...

Acompañando al Olvido

Creyendo que caminaba en firme
mientras perseguía al tiempo
en forma de conejo
se abrió un abismo bajo sus pies,
eterna caída atemporal
de recuerdos caleidoscópicos
que saltan como el perseguido animal
a escenas pretéritas
de un futurible incierto
tan veraz como la fantasía de un niño
que no sabe distinguir
entre el ayer
y las rosas de hoy sin recoger.
Precipitándose a cámara lenta
frente a una infinitud de pantallas
que proyectan capítulos inconexos
de una fragmentada vida
ajena al ahora
en el que viven los espectros
de amables rostros,
seres perentorios,
ángeles y demonios,
guardianes de los gritos
que atraviesan la noche abisal
como una grieta que fractura la roca
de un suelo que no cesa de temblar.
Víctimas inocentes
de una cándida mente,
psique mártir del tiempo
que se desvanece
como un ajado reflejo
en la superficie de un estanque
golpeado por el lúcido lapso
de su último recuerdo.

Anciana by Ngoc Truong

sábado, 4 de abril de 2020

Día triste para el Arte

Mi humilde y sentido homenaje en forma de poema para Luis Eduardo Aute, ser humano irrepetible, artista polifacético y que me ha acompañado a lo largo de mi vida con sus canciones y su pensamiento. Nos veremos en Albanta maestro:

Lástima, Luis

Si te dijera, amigo mío,
que no quiero que llegue
esta aciaga madrugada
porque se ha secado mi Giraluna,
ese que cuidaba con alevosía,
regaba con polvo enamorado
y ahora no es más que flor de ceniza.
No quiero que llegue esta terca noche,
tener que hacer de tripas corazón
que de la luz y la sombra
surja el arrebato de la inocencia,
pues es peligroso asomarse al interior
y pensar que puede haber algo más,
algo invisible, en el aire
como alas y balas o todo lo contrario.
Solo pido cinco minutos
antes de que llegue el sinvivir
de saber que hoy, ahora, ya
no estés y no pueda volver a verte
y me quede sin tu latido.
Al final me quedaré dormido
mojándolo todo con mis lágrimas
y al alba, más allá de las cuatro y diez,
estaré recordándote
y de alguna manera sabré
que todavía queda la Música,
tu música, tu cine, tu arte, tu libertad…
que más allá del viento y del tiempo,
de este laberinto de tinieblas
estarás tú en el Universo
como una estrella fugaz.

De la luz y la sombra de Luis Eduardo Aute